El hotel de los líos.

 Con éste titulo tan clásico, recordando aquella obra maestra de William Seiter, con los Hermanos Marx como protagonistas, siento que mi cabeza está igual o peor que aquel metraje de 1938.

Érase una vez un seguero empedernido, que tras la muerte de su querida Dreamcast, en su corazón algo se había perdido.

Nunca te olvido.

Tras aquel trauma sin parangón, aquel muchacho desolado no tuvo elección, y al bando contrario tuvo que pasar, mas muchos años antes siempre lo tuvo que odiar.

Con el Cubo de Nintendo se abría la puerta a otra dimensión, pues aquello era tan maravilloso como lo fue Sega en su corazón. No podía creer que el Cubo le diera tanta diversión, pues no estaba preparado para aquella experiencia, el muchacho se sintió dichoso y a Nintendo las gracias le dio, por tantos años de equivocación y falsa dolencia, por fin se sintió brioso y feliz se regocijó. 

Amor al Cubo.

Pero todo lo que empieza, un final le espera, y con Wii en su poder vio que aquello no era la pera. ¿Cómo era posible que Sonic se manejara con un mando de lado y aquello le gustara?
Pasó el tiempo y cayó en el olvido, la consola blanca de Nintendo le dejó muy dolido.
Menos mal que el tiempo pone a cada uno en su lugar, y varios años más adelante, la blanquita se dejó jugar.
Con su catálogo PAL a la vista, aquel chico entendió que no fue realista, y docenas de joyas la pusieran en su lugar, muchas de ellas no paró de jugar, y dichoso se sintió aquel chaval por un tiempo largo hasta que se pudo hartar.

El tiempo la puso en su sitio.

Pero ya es hora de cambiar, no sin pena por la blanquita, muchos años consigo, el chaval no paró de llorar, había nacido el testigo, que casi la vida le quita.

Ya al final de sus días, Switch se posiciona como una opción posible, pero su precio de locos la vuelve algo intangible. Cierto es que tiene un catálogo envidiable, casi el más completo, pero oh maldita Nintendo, con ese precio yo la veto.

Llegó un día que conocí a una chica, Trianera y bella, y con su Switch en la palestra, una necesidad me creó ella, mas no sabía como todavía no tenía ésta.

Ahora me pregunto si vale la pena, con ese precio de locos se encamina como mi condena, y ya hecho un lío me siento, pues no deja de ser bonito el invento.

Te deseo.

No está del todo claro que a casa te vengas, pues te veo en todas las tiendas y nunca podré decir que no intenté darte mi amor para que lo entiendas. Quizás con apoyo de mi pueblo lo consiga, pues buen gobernante me considero y el que lo dude que lo diga.

A mis chicos del canal de Telegram "El Rincon de Adol3", sois mi vida, mi aliento, y con solo veros alli, me siento contento.